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La asistencia regular a clases no es simplemente una formalidad, sino un paso crucial en el camino hacia el éxito escolar y personal. La importancia de decir ¡Presente! en la escuela va más allá de cumplir con un requisito escolar; representa la oportunidad de aprovechar al máximo el tiempo dedicado a aprender y crecer. Primero y, ante todo, la asistencia regular a clases proporciona a los estudiantes un acceso directo al proceso de aprendizaje. La interacción en el aula, la participación en discusiones y la retroalimentación directa de los docentes son componentes esenciales para una educación de calidad. Cada día de ausencia no solo implica perderse la enseñanza de nuevos conceptos, sino también la oportunidad de consolidar y aplicar el conocimiento previamente adquirido. Además, la importancia de decir ¡Presente! en la escuela fomenta el desarrollo de habilidades fundamentales para la vida como la disciplina, la responsabilidad y la puntualidad, valores que se cultivan mediante la práctica diaria. Facilitando, también, la construcción de relaciones significativas con compañeros, compañeras, docentes y asistentes de la educación, lo que contribuye al desarrollo emocional y al sentido de pertenencia. Estas habilidades no solo son relevantes en el contexto escolar, sino que también sientan las bases para el éxito en el ámbito laboral y en la vida diaria.

En 2023, el promedio nacional de asistencia mejoró respecto al 2022, pues entre marzo y noviembre aumentó de 83,5% a 84,9%. Sin embargo, todavía no se han podido recuperar las cifras prepandémicas: en 2018 la asistencia fue de 88,9%, lo que se ha convertido en un problema que afecta a las comunidades educativas de todo el mundo.

Pero ¿cuáles son las consecuencias de faltar a la escuela más de 20 días al año, ya sean continuos o discontinuos? En prekínder o kínder genera un daño equivalente a dos meses de atraso en matemáticas o lectoescritura; en estudiantes de enseñanza básica y media, independiente del nivel socioeconómico y tipo de escuela, tienen peor desempeño en matemáticas, ciencias y lectura que sus compañeros y compañeras; la probabilidad de abandonar la escuela es significativa y peligrosamente más alta; y una vez adultos, tendrán mayores dificultades de empleabilidad, inestabilidad laboral, mayores períodos de cesantía y bajos sueldos. A nivel emocional genera sensación de pérdida de identidad de los estudiantes,. respecto de sus compañeros y compañeras, docentes y escuela, y aumenta la frecuencia de las interacciones negativas y la desconexión social de esos estudiantes cuando regresan después de haber estado ausentes.

¿Qué hacer para lograr una mayor asistencia a clases?

Debemos ampliar la mirada a una trayectoria escolar positiva del estudiante, recorrido que pone el énfasis en las fortalezas y recursos que promueven el compromiso, participación y generación de vínculos en cada niño, niña y joven, al interior de cada comunidad educativa y en una perspectiva territorial, identificando experiencias y factores que facilitan el cumplimiento del derecho a una educación de calidad a cada estudiante en forma individualizada.

No olvidemos que la sala de clases es el escenario donde se escriben los primeros capítulos del futuro de los niños, niñas y adolescentes. Cada día de asistencia es una página en blanco, esperando ser llenada con su determinación, curiosidad y crecimiento. Los invito a ¡Ir a clase y decir presente todos los días en la escuela!

Vivianne Alfaro Hernández

Subdirectora Apoyo Técnico Pedagógico

Servicio Local de Educación Pública, Maule Costa